Inmortalidad

En la literatura se nos muestra varias veces a seres inmortales, sin embargo estos tienen varios defectos. Veamos el ejemplo de los dioses de la mitología nórdica; en la caza de un lobo gigante, uno de los dioses atrajo al lobo a una red con su mano. El lobo entró en la red, pero le comió la mano.
Esto es bastante raro, porque la mano era parte de su ser. Al quedarse sin mano, el dios dejó de ser lo que era, pasó a ser un individuo con algo menos. Dejó de existir como el dios completo, una parte de él murió.

Veamos un ejemplo contrario; Los animales y las plantas son como túneles. Si algo entra a ellos, sale por el otro lado. Nuestras células se mueren, los nutrientes que ingerimos se convierten o en deshechos o en parte de nuestro cuerpo, que luego se caerá en forma de células muertas para ser regenerado nuevamente. Somos un ciclo en nosotros mismos. Nunca somos la misma persona en dos momentos distintos en el tiempo, porque en el transcurso del tiempo algo cambió, somo otro, alguien distinto.

Déjenme ponerlo de otra forma. En mi mano tengo una piedra, inanimada, sin vida. La miro y me pregunto ¿Esta piedra es igual a sí misma? Pues claro, esa piedra es igual a sí misma. Todo es igual a sí mismo en la naturaleza. Cosa extraña. Si tomamos el mismo ejemplo con una persona. Veamos a un recién nacido en el año 2.000. Es un niño arrugado, chillón, de tez morena y sin un pelo, con la piel extremadamente suave y con las placas del cráneo aún por juntarse en su nuca ¿Es igual a sí mismo? Pues claro, todo es igual a sí mismo. Ahora veamos al mismo sujeto en el año 2.080. Es un anciano decrépito, todo arrugado, con la piel áspera, las manos callosas de tanto trabajar, pelos por todos lados excepto en la cabeza, el cráneo completamente formado ¿Es ese anciano igual a sí mismo? Pues claro, pero entones ¿Cómo puede ser igual a sí mismo, si hace ochenta años era un mojoncito tan lindo? La respuesta es: Porque ha interactuado con su entorno. Ha crecido con los nutrientes que la tierra le dio y se ha mantenido vivo por ochenta años. Recuerda cosas que en el día de su nacimiento no sabía ni tenía forma de saber. Es una nueva persona, literalmente.

¿Qué es un inmortal? Pues simple, un ser incapaz de intercambiar parte de su ser con su entorno. Los inmortales no comen, no van al baño, no se enferman, no lloran, no tienen cera en los oídos ni saliva en la boca, no respiran, no crecen. Quizás podrían sentir dolor, pero no lo necesitarían, porque anque se tiren a un volcán en erupción no les va a pasar nada.